Cómo usar la envidia de forma positiva
La envidia es algo natural. Por eso, resultaría imposible no sentirla alguna vez, ya que el deseo es inherente al ser humano y la envidia no es otra cosa que desear aquello que tiene el de al lado.
La envidia es algo natural. Por eso, resultaría imposible no sentirla alguna vez, ya que el deseo es inherente al ser humano y la envidia no es otra cosa que desear aquello que tiene el de al lado.
Siguiendo nuestra senda por diferentes arquetipos, llegamos a la figura del sabio, ése hombre mayor que gracias a su conocimiento y su experiencia guía al héroe en su camino hacia el preciado elixir.
Poner etiquetas es algo muy humano. Lo hacemos porque nos resulta útil clasificar y categorizar el entorno en el que nos movemos y a las personas con quienes interactuamos
Para entender el significado del adjetivo «consciente», primero hemos de explorar las acepciones del término «conciencia».
Ni somos diosas, ni somos títeres. Nuestra relación con el mundo que nos rodea es bastante compleja. Por eso, si la idea del control que tienes sobre tu vida resulta desproporcionada, probablemente estás cayendo en una falacia de control.
Si quieres tener una vida feliz, necesitas eliminar los pensamientos negativos y dañinos que surcan tu mente. Porque querida mía, los pensamientos son la raíz de tu realidad. El universo es mental, ¿recuerdas?
Al ser humano no le gusta la incertidumbre. De hecho, es un animal de rutinas. Si tienes hijos lo sabes bien. Los niños necesitan seguir unas pautas día tras día para sentirse seguros. Resulta que los adultos no somos tan diferentes a los niños.
Mi lectura playera de este año ha sido ‘Jung y el Tarot’. El abordaje que realiza del simbolismo reflejado en las cartas, como si éstas nos mostrarán las etapas del viaje del héroe (proceso de individuación) me parece fascinante.
Símbolo y signo no son sinónimos. Es cierto que en demasiadas ocasiones se utiliza un término u otro sin ningún tipo de discriminación y esto termina induciéndonos al error. Pero ha llegado el momento de empezar a llamar a las cosas por su nombre y hablar con propiedad.