«Ama a quien te mire como si quizás fueras magia» Nos decía Frida Khalo. ¡Y cuánta razón tenía!. Qué bonito (y necesario) encontrar a alguien capaz de apreciar el diamante en bruto que albergas en tu interior… Qué importante es hallar a nuestro Pigmalión o Pigmaliones particulares, esas personas que pase lo que pase, siempre creerán en nosotras y nos mirarán como si fuéramos el ser más maravilloso que ha poblado la faz del planeta.
Pigmalión en el mito
La historia de Pigmalión, la cuenta Ovidio en su «Metamorfosis»:
Pigmalión era el rey de Chipre y estaba totalmente empecinado en casarse con una mujer que fuera perfecta… Sin embargo, a pesar de buscar y buscar tenazmente durante muchísimo tiempo, no encontró ninguna candidata que encajara con un perfil tan exigente. Así que triste y frustrado, decidió esculpir una estatua capaz de igualar sus ideales. La llamó Galatea.
Galatea resultó ser tan increíblemente hermosa que despertó el amor de su creador. Y aunque parezca algo increíble, Pigmalión se coló hasta las huesos por su gran obra maestra… aún a riesgo de que le consideraran un loco. A veces, movido por un fuerte delirio romántico, al tocar la fría piel de mármol de su amada Galatea, el rey juraba poder sentir la tibieza de la carne y el impulso de la vida
Ante esta situación, la diosa Afrodita, compadecida, decide ayudar a Pigmalión a obtener el amor que tanto anhelaba. Así que al final, gracias a la intermediación de la deidad, Galatea cobra vida, y el sueño de Pigmalión se materializa.
¿Qué es entonces el efecto Pigmalión?
La historia de Pigmalión y Galatea nos transmite un mensaje claro: Cuando admiras y valoras a alguien de forma positiva, las posibilidades de que esa persona se desarrolle, aumentan considerablemente.
Y eso es exactamente el efecto Pigmalión: «La influencia que la opinión de otros tiene en nuestro propio desarrollo»
Debido a ello, podemos concluir que resulta imprescindible rodearnos de personas que nos impulsen, que crean de verdad en nuestro potencial, que nos «miren como si fuéramos magia»... Si así lo hacemos, pronto nos daremos cuenta de que nos resulta más fácil avanzar y realizarnos en todas las esferas de la vida.
Al efecto Pigmalión también se le denomina «profecía autocumplida», puesto que inconscientemente tratamos de adaptarnos a las expectativas que los demás tienen sobre nosotros.
Y ojo, que esto también es así cuando las expectativas son bajas… Si nos desenvolvemos en un entorno donde se nos infravalora y se nos menosprecia por sistema, tendremos propensión a obtener peores resultados.
¿Has encontrado a tu Pigmalión particular?
Se sabe que las personas que logran más éxito en la vida, comparten algunos atributos. Uno de ellos es el hecho de contar con aliados que les miren con confianza y fe.
Con frecuencia, estos apoyos aparecen en la infancia y los primeros Pigmaliones, o «fans incondicionales» suelen ser los padres (en su defecto, los abuelos o hermanos)
Pero no siempre es así. Hay personas que triunfan y tuvieron unos primeros años muy difíciles. Sin embargo, lo habitual es que en algún momento de su existencia, apareciera una figura que les impulsó a creer en sí mismos. A veces es un amigo; otras, un mentor o profesor; a veces una pareja, un jefe… etc. El caso es que para poder desarrollarnos, necesitamos sentirnos reconocidos y valorados. Si esto no sucede, el éxito resultará infinitamente más difícil (o directamente imposible)
En el caso de que no sientas aprecio en tu entorno, no desesperes… Lo primero que debes es hacer es cuestionarte tu nivel de exigencia y ser más crítica con las personas que admites en tu vida. Y lo segundo, considerar la opción de buscar la ayuda profesional de un coach, que te ayude a descubrir todo tu potencial y fortalezas, y que sepa valorar sin prejuicios tu capacidad creativa.
Por eso hoy te invito a que reflexiones y me digas abiertamente quién es, o quién ha sido tu Pigmalión particular, quién ha creído a ti y te ha impulsado en el momento que más lo necesitabas, quién te ha dado alas…
Si tienes en tu vida a esa persona, cuídala como si fuera oro, y no olvides que ella te mira, como si quizás fueras magia 😉
Hola Luna,
Que columna tan linda e inspiradora, en mi caso es mi hermana, quien me mira como si fuera magia, le agradezco a la vida y al universo por tenerla.
Gracias!
¡Qué bonito! Me encantan esas hermanas que son mejores amigas, aliadas, cómplices y de rebote, también «pigmaliones» 😉
Hola Julia ,en mi caso es mi pareja desde q entro en mi vida a impulsado todo mi mundo a un siguiente nivel , a sacado de mi mi mejor versión y cada día q pasa es mejor Gracias Gracias Gracias .
Qué bonito!! Así deberían ser todas las relaciones 🙂
Mi pigmalión fue mi padre, curiosamente sólo fui consciente de ello hasta bien entrada en años. Él apostó todo por mi y yo todo aproveché 😎
¡Qué bonito Caro! Él animó a brillar a ese potente Sol exaltado 🙂 (Y resulta que el Sol también simboliza al padre… ¿por qué será? Quizás porque si no contamos con la valoración paterna todo cuesta más…)
Me encantó el artículo, guapa!. Soy de esas personas que no tiene un Pigmalión, o al menos actualmente.
Cuando el entorno hogareño, los padres específicamente, son precisamente todo lo opuesto e inclusive uno de ellos tiende a desvalorizarte y criticarte por todo, es complejo. Crecí sintiendo que todo lo que quiero me estaba prohibido. Una negación del placer total. Y trabajo a diario para cambiar esas creencias y perdonar. Luna en Escorpio y Saturno en casa 4, creo que con eso te digo todo. A buena entendedora, pocas palabras.
La psicología me ayuda mucho y el hecho de ser tan profunda y empática, el entender los por qué de los demás, también es una salvación, puedo transformar esa energía al mejor modo Escorpio y Plutón dominantes. Aunque es duro, y en cuarentena, en pleno Retorno de Saturno y conviviendo en el hogar, es aún más duro. No me queda otra que aprender a ser mi propia Pigmalión. Y supongo que todo esto me fortalecerá aún más.
Estoy segura que mis pigmaliones fueron mis dos abuelas: una Pisciana, rebelde para su época, muy bruja y espiritual y una Canceriana muy terrenal. Todo el amor que recibí de chica, la confianza en mi, sobre todo las enseñanzas de resiliencia y ser fiel a mi misma de parte de mi abuela Pisciana, son la base de mi fortaleza. Curioso que además toda la energía Piscis de mi abuela, cae en mi casa 5 donde tengo la fortuna. Muchos Piscis suelen ser una fortuna en mi vida.
Tema al margen: fíjate que en los mails del Newsletter que enviaste hace algunos días, no estaba el Link a este post (lo mismo con el de «¿Tienes grandes sueños?…»). Estaba la palabra Post, pero sin los Links. Yo este lo busqué en la Web directamente. Te lo comento porque quizás es algo que puedes arreglar así lo ve más gente.
Un besazo grande!!
Pues sí tuviste Pigmalión en esas abuelas… y vendrán más personas que te impulsen 😉 seguro. Lo esencial es que en la infancia, que es un período súper importante, no te faltaron y ahora dispones de las herramientas para ser fiel a ti misma <3
¡Gracias por avisar de los links rotos, Daniela!
agradezco inmensamente tu preocupación por ayudarme. Mis recursos económicos no me permiten hacer cursos de pago. mil gracias. Un abrazo fraternal y éxitos
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Gracias Julia! Qué maravilla todo lo que compartes… me llega en el momento idóneo. La magia de la vida.
Gracias, gracias, gracias 💖
Me alegro un montón, Laura 🥰