Cómo cultivar el pensamiento intencional

Cuando desarrollas el pensamiento intencional ganas control sobre tu vida y las cosas se vuelven más sencillas. ¿A qué me refiero al hablar de pensamiento intencional? Pues básicamente, a la importancia crucial de tu mentalidad o mindset.

Y es que todo aquello que piensas tiene un impacto profundo y transformador en tu vida. Tanto para bien como para mal… Por eso suelo decir que «el enemigo está en casa», y más concretamente, dentro de tu cabeza. Ten claro que tu peor saboteador puede ser el sistema de creencias que sustenta la realidad que percibes.

A menudo subestimamos el inmenso poder de los pensamientos y cómo estos pueden apoyar o dificultar la consecución de nuestros objetivos. Quizás lo hacemos porque vivimos en una sociedad extremadamente materialista y los productos de la mente son algo abstracto. Pero por mucho que cerremos los ojos a la realidad, ésta no va a cambiar: Tus pensamientos importan mucho. ¿Vas a dejar que estos surquen tu mente a la deriva o prefieres utilizarlos de manera intencional?

Las claves del pensamiento intencional

Pensar de manera intencional implica elegir con conciencia aquellos pensamientos que nos pueden ser más útiles y beneficiosos.

Para lograrlo necesitas implicarte activamente, cultivando tu atención (ojo, que aquí el abuso de la tecnología puede resultar contraproducente) y practicando a diario.

Este esfuerzo es necesario porque, por defecto, vamos a tender a pensar de manera automática, dejándonos llevar por las creencias limitantes y los patrones de conducta que hemos adquirido a lo largo de nuestra vida, y especialmente, en la infancia.

Al pensar intencionalmente, cuestionamos esos patrones y los modificamos poco a poco. Por eso, es esencial que comencemos tomando conciencia de cuál es nuestro mapa mental actual, o sea, de cuáles son las creencias y pensamientos que albergamos. Una vez que los hayamos identificado podemos reformularlos de una manera más empoderadora. Por ejemplo, no es lo mismo pensar «soy una fracasada y estoy hundida» que «hoy me siento mal porque las cosas no han salido cómo yo esperaba. Mañana será distinto» ¿Se ve el matiz? Pon especial atención a todos los pensamientos que tienen que ver con tu identidad (el famoso YO SOY) ya que son los más potentes y, en consecuencia, los que podrían frenarte más. ¿De verdad eres así o es algo que has asumido? (Piensa que estás en constante creación)

Tips para fomentar el pensamiento intencional

Adquirir el hábito de pensar de forma intencional es algo que lleva tiempo. No esperes un cambio radical de la noche a la mañana y persiste en los intentos cada día.

Para lograr el pensamiento intencional uno de los mejores hábitos que puedes cultivar es la meditación. Calmando la mente las ideas se juzgan con mayor claridad. Haz un esfuerzo por meditar cada día, observar tus pensamientos e identificar los patrones que no te hacen bien. Así podrás deshacerte de ellos y hacer espacio para nuevos pensamientos intencionales.

Otra práctica muy útil es hacer un listado de todos los pensamientos intencionales que te gustaría asimilar. Luego practica pensar en ellos de manera frecuente. Puedes hacerlo por la mañana, o antes de ir a dormir y tu mente inconsciente los asimilará con más facilidad.

¿Y tú? ¿practicas el pensamiento intencional?

¡Te leo!

Deja un comentario

Suscríbete hoy a nuestra newsletter para mujeres empoderadas y descubre qué arquetipos determinan tu relación con el dinero y cómo alinearte con ellos para construir una vida más rica en todos los sentidos.