¿La millonaria nace o se hace?

¿La millonaria nace o se hace? ¿Es necesario nacer en una familia adinerada para ser rica o es mejor empezar desde cero y construir tu propio legado?

En este artículo vamos a resolver estas cuestiones y ofrecer un poco de luz. Porque todas tenemos derecho a una vida rica y abundante en las que nos sintamos merecedoras y dignas.

¿Podemos hacernos millonarias si no llevamos el apellido Hilton, Kardashian o similares?

Nacer en una familia rica

Está claro que pertenecer a una familia rica tiene evidentes ventajas. No solo la escasez te es completamente ajena, sino que desde la más tierna infancia recibes una masterclass diaria sobre cómo gestionar el dinero.

A un nivel energético, los niños que pertenecen a familias adineradas se sienten merecedores. Están acostumbrados a recibir sin cortapisas y lo hacen como si fuera lo más natural del mundo. Además, es muy posible que sus progenitores les contagien la actitud de emprendimiento y que desde jovencitos tengan clara la idea de montar su propio negocio en lugar de buscar un rol subordinado.

Por otro lado, pronto observan cómo sus padres gestionan el dinero, ahorran, invierten… Y aprenden a hacer lo mismo de manera natural.

No todo son ventajas, desde luego. Los niños que nacen en familias millonarias serán siempre acusados de jugar con ventaja. Además se les tildará de malcriados y caprichosos (a veces lo serán) y se dará por sentado que nada de lo que tienen lo han ganado por sí mismos.

Estas familias no están libres de creencias limitantes respecto al dinero, que su prole asumirá como verdaderas… Y obviamente, entre los ricos también hay ovejas negras que pese al modelo de mentalidad de los padres no aprenden a gestionar bien fortuna y negocios y terminan perdiendo lo que a sus ancestros les costó tanto conseguir.

Hacerse millonaria ganando la lotería

Muchas sueñan con el ansiado momento de que el azar les sonría, sin darse cuenta de que un premio de lotería podría volverse una maldición.

Según las estadísticas, el 70 por ciento de los ganadores terminan arruinados entre tres y cinco años más tarde. De hecho, no solo es la bancarrota lo que ensombrece su futuro, sino que viene acompañada de divorcios, crímenes, engaños, discusiones y resentimiento. Acostumbrados de apurar cada nómina, los nuevos ricos tenderán a hacer lo mismo con grandes cantidades de dinero y se pulirán el premio en dos telediarios.

Pero no nos engañemos… El dinero no corrompe, sino que aporta libertad para ser quiénes realmente somos. O sea, magnifica nuestras virtudes y nuestros defectos.

Si soy una persona noble y generosa y me toca la lotería, compartiré mi abundancia con quiénes más quiero y apoyaré a las causas que me importan, usando el dinero para hacer el bien.

Si, por el contrario, soy una mala pécora que mantenía una relación por pura conveniencia y de repente me hago millonaria, abandonaré al infeliz de mi marido al día siguiente despidiéndome con una postal desde las Bermudas. No es que yo fuera mejor o peor antes de ganar el premio, sino que el dinero me permitió revelar mi verdadera esencia.

Cuando vemos la lotería como una salvación a todas nuestras miserias estamos cayendo en el complejo de Cenicienta, adoptando una postura claramente desempedoradora. El dinero es energía y un golpe de suerte nunca reemplazará todo el trabajo personal que la abundancia implica.

Entonces… ¿puedo ser millonaria sin vender mi alma al diablo?

¡Por supuesto! Yo estoy segura de que sí 😉

Cuando entiendes que la abundancia empieza en el interior y que atraes aquello que vibras tienes mucho camino ganado.

La ruta hacia la prosperidad es un viaje de crecimiento personal en el que el autoconocimiento y el trabajo de creencias se vuelven innegociables. A medida que te aventuras en esa senda vas descubriendo cómo tu realidad exterior refleja tu estado interno y sientes mucho mayor control sobre tu vida y tus finanzas.

Es evidente que además del trabajo personal, habrás de dedicar tiempo y esfuerzo a aprender a gestionar tu dinero, saldar deudas, ahorrar, invertir… etc. Si quieres que el dinero te respete, primero es necesario que tú respetes y honres la abundancia que hay en tu vida.

Todo esto lo vemos en profundidad en el programa de mentalidad próspera ‘Tu Vida Rica’, donde no prometemos humo sino estrategias reales para empezar a vibrar abundancia desde lo más hondo de tu ser y transformar la relación que tienes con el dinero.

Y ahora me encantaría saber tu opinión… ¿la millonaria nace o se hace?

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