Las afirmaciones se utilizan habitualmente como herramienta de crecimiento personal, para romper con patrones de pensamiento dañinos y crear un nuevo mindset.
La pregunta del millón es… ¿funcionan?
Y mi respuesta es ¡claro!, pero con condiciones.
¿Qué son las afirmaciones y cómo utilizarlas?
Primero necesitamos saber en qué consisten las afirmaciones. Básicamente nos estamos refiriendo a frases o declaraciones, formuladas de manera positiva, que expresan confianza sobre una verdad percibida.
Así que el primer paso es elegir un ‘objetivo’ a trabajar: «¿Quiero formular una afirmación para incrementar mi autoestima, mis niveles de bienestar o abundancia, o la calidad de mis relaciones?» Reflexiona sobre qué es prioritario para ti y céntrate en ello.
Una vez tenemos clara la meta, redactamos la frase, en modo positivo (La palabra «NO» la descartamos por completo), y procurando que nos haga sentir cómodas.
Mientras estemos trabajando con esa afirmación, intentaremos escribirla a diario las veces que consideremos, o repetirla en voz alta en rutinas cotidianas (el momento de maquillarte o peinarte es ideal porque te estás mirando al espejo) Y así seguiremos, un día tras otro… Hasta que de repente, descubrirás, que esa frase cada vez se siente más natural.
Y es que el hábito no hará al monje, pero para muchas otras cosas sí que nos vale 😉 A mí por ejemplo, no me gustaba demasiado mi voz cuando era pequeña y me grababan en una cinta de casette. Me parecía que sonaba «extraña»… Sin embargo, en la actualidad estoy tan acostumbrada a escucharme (gracias a Youtube, Vimeo, Insta Stories, etc…) que reconozco que me he habituado… ¡y me gusta! He hecho las paces con mi propia voz y he aprendido a enamorarme de ella. Pero no hubiera sucedido sin el hábito y la repetición. Con las afirmaciones pasa lo mismo.
Diferencia entre afirmación y mantra
En ocasiones empleamos los términos afirmación y mantra como si fueran sinónimos, pero en realidad no lo son. Existe un matiz importante que los diferencia.
Los mantras son palabras, generalmente en sánscrito, aunque también pueden recitarse en otras lenguas, que favorecen la concentración cuando meditamos y nos ayudan a liberar la mente de pensamientos no deseados. Tienen un claro componente espiritual.
Las afirmaciones en cambio, no se usan exclusivamente en la meditación, sino que pueden repetirse en cualquier momento. Su origen se relaciona con la neurociencia más que con la espiritualidad y son una técnica mucho más moderna que los mantras.
Un punto intermedio entre afirmación y mantra sería el sankalpa que utilizamos en yoga nidra.
La palabra sankalpa viene del sánscrito y significa idea o propósito. Se trata de una intención, una semilla que sembramos en la mente y que formulamos como una frase afirmativa y corta que resume el deseo de nuestro corazón. Como vemos tiene una estructura muy similar a la de la afirmación, y un componente espiritual que lo vincula con los mantras.
Efectividad de las afirmaciones
Las afirmaciones pueden ser muy efectivas si se usan de la manera correcta. Esto es, hace falta que respeten tus valores y los honren, ya que si estás intentando ir en contra de lo que es innegociable para tí, no va a funcionar.
Las afirmaciones también son más eficaces si tienes una autoestima saludable. Y es que cuando no crees en ti misma, es muy probable que aquello que estás repitiendo lo sientas como una gran mentira y se produzca una disonancia. Lo que dices en voz alta en tu interior se interpreta como algo falso y tu mente te grita que eres una impostora.
Las afirmaciones son muy poderosas, pero si en nuestra mente inconsciente tenemos arraigada una fuerte creencia que la contradice, estamos luchando contra un gigante invisible… Y hará falta mucho más trabajo de desarrollo personal que la repetición de afirmaciones para derrocar y echar por tierra esa creencia.
Pero lo que tenemos que tener claro es que las afirmaciones no son magia potagia, sino que están respaldadas por la neurociencia. De hecho, en una investigación que se llevó a cabo se observó el cerebro de los participantes mediante resonancia y se pudo demostrar que en aquellos que practicaban afirmaciones se activaban determinadas zonas del cerebro relacionadas con el procesamiento de uno mismo y la valoración.
Y es que es de cajón. Reflexionemos: No eres el mismo adulto cuando tus padres te han afirmando una y otra vez en la infancia que eres un inútil, que cuando solo te decían lo mucho que vales. La manera en la te hablan y te hablas IMPORTA y mucho. Aunque sean afirmaciones que has diseñado con un objetivo en mente.
Así que cuéntanos… ¿Tú practicas afirmaciones a diario? ¿Cuál es tu método? 😉
Gracias gracias gracias y que sigas bendiciendote de tantos conocimientos…
¡Espero que te sean útiles las afirmaciones, María! 🙂